lunes, 30 de agosto de 2010

Nutrial

Este es un espacio creado con el fin de otorgar información  acerca de las consecuencias que pueden traer los malos hábitos de alimentación, sus riesgos, enfermedades, y los tratamientos necesarios para poder vivir una vida más activa y saludable.



miércoles, 25 de agosto de 2010

Malos Hábitos de Alimentación

Si bien los genes determinan gran parte de los procesos que ocurren en nuestro organismo, hoy en día sabemos que el componente genético es sólo más que un favorecedor de la acción de los factores ambientales que llevan al sobrepeso y a la obesidad. Ningún individuo debe conformarse con decir que porque en su familia hay muchos gordos, él también invariablemente lo será por herencia.

Más allá de la carga genética que reciben muchas personas obesas de sus padres, el factor más importante en las familias de obesos es la transmisión de inadecuados hábitos alimentarios. En las últimas décadas se ha visto que el número de personas con sobrepeso y obesidad crece en grandes proporciones en todo el mundo y esto es producto de diversos factores. Por una parte, el crecimiento económico para muchos países se ha visto acompañado de un gran desarrollo de su industria alimentaria y la globalización de los mercados, lo cual ha incidido, no sólo en la cantidad de alimentos disponibles, sino en su calidad, ya que muchos renglones se caracterizan por su gran contenido de grasas y azúcares. A esto se une la creciente preferencia por las comidas rápidas o "chatarras" o "chatarra", las cuales representa una alternativa práctica, aunque no muy saludable, a la falta de tiempo para la preparación de las comidas en las casas.



Por otra parte, las características de la vida moderna han hecho que la gente disminuya significativamente sus niveles de actividad física. Se ha incrementado el acceso a medios de transporte por buena parte de la población mundial y también existe la tecnificación de muchas de las actividades domésticas. Además las sociedades han evolucionado de ser sociedades donde la mayor parte de su población hacía actividades que requerían esfuerzo físico a ser sociedades donde se depende del trabajo mecanizado o intelectual.

Hábitos y emociones

Los hábitos alimentarios dependen en gran parte de los patrones culturales y de las tradiciones que la familia transmita a su descendencia.




Desde el nacimiento de los hijos se da inicio a un proceso de enseñanza y aprendizaje, involuntario e inconsciente, centrado en la alimentación familiar. Así, la mesa familiar y el acto de comer se convierten en el centro de una sucesión de ejemplos que los padres y otros adultos le dan a los niños, llevándolos a definir sus preferencias y rechazos, su favoritismo ante determinadas formas de preparar los alimentos y, muy especialmente, a conocer el tamaño adecuado de las raciones.

Además, en muchas familias se establece una relación muy estrecha entre el afecto y el cariño de los padres, especialmente de las madres, y la forma de servir la mesa como expresión de ese cariño. Muchas personas llegan a relacionar tanto el afecto con la comida que cuando sienten alguna emoción fuerte (rabia, miedo, tristeza) comen sin control, e incluso algunas llegan a hacer de esto un hábito y comen cuando se sienten solas, frustradas o están frente a alguna situación que les genera ansiedad, como el nacimiento de un nuevo hijo, un cambio de trabajo o la mudanza a otra ciudad.

En muchas de las sociedades modernas, la comida es la mejor manera de cerrar un negocio o celebrar un evento especial. Son esos aprendizajes sociales los que recoge el individuo y que a medida que pasa el tiempo lo llevan a desarrollar, junto a sus costumbres, su obesidad.

Tan importante como los hábitos alimentarios, es el hábito que debemos formarnos desde la infancia de mantenernos activos o practicar algún tipo de deporte o ejercicio. Las personas que practican algún ejercicio de manera disciplinada a lo largo de toda su vida se mantienen más saludables y en mejor control de su peso y su figura corporal que aquellos que no lo hacen.


Te invito a que veas el siguiente video


lunes, 23 de agosto de 2010

Actividad Física

La actividad física comprende un conjunto de movimientos del cuerpo obteniendo como resultado un gasto de energía mayor a la tasa de metabolismo basal. A veces se utiliza como sinónimo de ejercicio físico, que es una forma de actividad física planificada y repetitiva con la finalidad de mejorar o mantener uno o varios aspectos de la condición física. La actividad física que realiza el ser humano durante un determinado período mayor a 30 minutos y más de 3 veces por semana generalmente ocurre en el trabajo o actividad laboral y en sus momentos de ocio. Ello aumenta el consumo de energía considerablemente y el metabolismo de reposo, es decir, la actividad física consume calorías.

Efectos de la actividad física

Recientemente se ha comunicado que escolares obesas ven televisión más tiempo y realizan actividades menos intensas y más breves que niñas normales. También se ha demostrado en escolares obesos un bajo gasto energético de reposo y reducidos índices de actividad física,[4] que incluye el deporte y la educación física.

La actividad física regular se asocia a menor riesgo de enfermedad cardiovascular, enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, mortalidad cardiovascular y total.

La actividad física no sólo aumenta el consumo de calorías sino también el metabolismo basal, que puede permanecer elevado después de 30 minutos de acabar una actividad física moderada. La tasa metabólica basal puede aumentar un 10% durante 48 horas después de la actividad física. La actividad física moderada no aumenta el apetito, incluso lo reduce. Las investigaciones indican que la disminución del apetito después de la actividad física es mayor en individuos que son obesos, que en los que tienen un peso corporal ideal.

Una reducción de calorías en la dieta junto con la actividad física puede producir una pérdida de grasa corporal del 98%, mientras que si sólo se produce una reducción de calorías en la dieta se pierde un 25% de masa corporal magra, es decir, músculo, y menos de un 75% de la grasa y mejora la calidad de vida.

Por el contrario, el abuso de la actividad física sin planeación y vigilancia puede ser destructivo. Desde envejecimiento celular prematuro, desgaste emocional y físico, debilitamiento del sistema inmunológico entre otros.



Beneficios de la actividad física

La práctica de la actividad fisica en forma sistemática y regular debe tomarse como un elemento significativo en la prevención, desarrollo y rehabilitación de la salud, mejoría de la posición corporal por el fortalecimiento de los músculos lumbares, prevención de enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial, la osteoporosis, cáncer de colon, lumbalgias, etc.

En general, los efectos benéficos de la actividad física se pueden ver en los siguientes aspectos:

- A nivel orgánico: aumento de la elasticidad y movilidad articular. Mayor coordinación, habilidad y capacidad de reacción. Ganancia muscular la cual se traduce en el aumento del metabolismo, que a su vez produce una disminución de la grasa corporal (prevención de la obesidad y sus consecuencias). Aumento de la resistencia a la fatiga corporal (cansancio).

- A nivel cardíaco: se aprecia un aumento de la resistencia orgánica, mejoría de la circulación, regulación del pulso y disminución de la presión arterial.[1]

- A nivel pulmonar: se aprecia mejoría de la capacidad pulmonar y consiguiente oxigenación. Desarrollo de la fuerza muscular que a su vez condiciona un aumento de la fuerza ósea (aumento de la densidad óseo-mineral) con lo cual se previene la osteoporosis.

- A nivel cardiovascular: disminuye la frecuencia cardiaca y la presión arterial, mejora la eficiencia del funcionamiento del corazón y disminuye el riesgo de arritmias cardiacas (ritmo irregular del corazón).

- A nivel pulmonar: aumenta su capacidad, el funcionamiento de alvéolos y el intercambio de gases, y mejora el funcionamiento de los músculos respiratorios.

- A nivel metabólico: disminuye la producción de ácido láctico, la concentración de triglicéridos, colesterol y LDL (colesterol malo), ayuda a disminuir y mantener un peso corporal saludable, normaliza la tolerancia a la glucosa (azúcar), aumenta la capacidad de utilización de grasas como fuente de energía, el consumo de calorías, la concentración de HDL (colesterol bueno) y mejora el funcionamiento de la insulina.

- A nivel de la sangre: reduce la coagulabilidad de la sangre.

- A nivel neuro-endocrino: disminuye la producción de adrenalina (catecolaminas), aumenta la producción de sudor, la tolerancia a los ambientes cálidos y la producción de endorfinas (hormona ligada a la sensación de bienestar).

- A nivel del sistema nervioso: mejora el tono muscular, los reflejos y la coordinación.

- A nivel gastrointestinal: mejora el funcionamiento intestinal y ayuda a prevenir el cáncer de colon.

- A nivel osteomuscular: incrementa la fuerza, el número de terminaciones sanguíneas en el músculo esquelético, mejora la estructura, función y estabilidad de ligamentos, tendones y articulaciones, previene la osteoporosis y mejora la postura.

- A nivel psíquico: incrementa la capacidad de fuerza de voluntad y de autocontrol, disminuye la ansiedad, el estrés, la agresividad y la depresión, estimula la creatividad, la capacidad afectiva y mejora la memoria y autoestima de la persona.

También la práctica regular del ejercicio conlleva a hábitos sanos de alimentación, disminuye la percepción del esfuerzo físico, mejora la resistencia. Además, estudios científicos han demostrado su efecto positivo en la prevención del cáncer de seno y como ayuda en el tratamiento del tabaquismo. Es decir que el deporte regular causa cambios en el estilo de vida de la persona. Previo al inicio de un programa de ejercicio es importante realizar una especializada valoración médica con el fin de conocer el estado de salud de la persona, conocer los requerimientos, protecciones y demandas del deporte e investigar factores de riesgo para lesiones. Recuerde la practica regular de ejercicio lo conducirán a una vida sana, antes de comenzar una practica del ejercicio es necesario asesorarse de un profesional.




Consecuencias de la inactividad física

El sedentarismo físico es hoy en día muy frecuente en la sociedad y constituye un factor de riesgo para una amplia lista de enfermedades. 

El sedentarismo se ha definido como el realizar menos de 30 min de actividad física fuera de horario de trabajo o más de 30 min de dicha actividad física menos de 3 veces a la semana.Se ha estimado que el sedentarismo pudiere ser responsable de 12,2% de los infartos al miocardio en la población mundial y así, una de las principales causas prevenibles de mortalidad. La falta de actividad física trae como consecuencia además:

- El aumento de peso corporal por un desbalance entre el ingreso y el gasto de calorías, que puede alcanzar niveles catalogados como obesidad.

- Disminución de la elasticidad y movilidad articular, hipotrofia muscular, disminución de la habilidad y capacidad de reacción.

- Ralentización de la circulación con la consiguiente sensación de pesadez y edemas, y desarrollo de dilataciones venosas (varices).[6]

- Dolor lumbar y lesiones del sistema de soporte, mala postura, debido al poco desarrollo del tono de las respectivas masas musculares.

- Tendencia a enfermedades como la hipertensión arterial, diabetes, síndrome metabólico.

- Sensación frecuente de cansancio, desánimo, malestar, poca autoestima relacionada con la imagen corporal, etc.

- Disminuye el nivel de concentración.

Pulsometros, monitores cardiacos, frecuenciometros

Para mejorar en el rendimiento físico y deportivo desde hace varios años en el mercado se han incorporado los monitores cardiacos, también llamados pulsometros, cardiotacometros, frecuenciometros. Los hay de diversos tipos y de diversas marcas, sus funciones van desde la toma de pulso, consumo de calorías, registro del trabajo realizado a transferencias de los trabajos realizados a la PC para ser analizados por el entrenador, el preparador físico o por el propio atleta. Los precios de los pulsómetros son muy relativos y muchos de ellos están avalados por el Anmat de Argentina (certificación médica que indica que poseen precisión de electrocardiograma).

Las marcas que se conocen en el mercado son: Polar, Garmin, Tressa, Pro Space, Omron, GPulse, Reebook, Pulse Tronic, Mio, Timex, Casio, y muchas otras más. Los equipos constan básicamente de 2 partes: una banda pectoral ergonometrica que puede venir con pila incorporada (sellada) o con recambio de baterías y un reloj que recibe la información de la banda por radiotelemetria. La señal es sensada cada 2, 3 o 4 s dependiendo de la calidad del pulsometro en cuestión es como un electrocardiograma en ejercicio.

Estos dispositivos permiten mejorar el rendimiento deportivo o en casos de pacientes cardiacos realizar una rehabilitación cardiovascular respetando los valores de frecuencia cardiaca que hayan sido indicados por el cardiólogo. En personas que no posean ningún tipo de disfunción a nivel cardiovascular pueden comenzar a utilizar este tipo de dispositivos mediante una formula muy conocida por los deportistas que le permitirá obtener la máxima frecuencia cardiaca téorica. Lo óptimo seria realizar una prueba de esfuerzo también llamada ergometria y fijar la máxima frecuencia soportada por el deportista.


La fórmula para varones es la siguiente:

220 - edad = máxima frecuencia cardiaca

La fórmula para mujeres es la siguiente:

226 - edad = máxima frecuencia cardiaca

Una vez obtenida la frecuencia cardiaca máxima, y mediante los límites de máxima y mínima frecuencia cardiaca que permiten delimitar los pulsometros se pueden trabajar y conseguir los básicamente los siguientes objetivos:

Bajar de peso (60 a 70 % de la max frecuencia cardiaca).

Mejorar capacidad aeróbica (70 a 80 %).

Todo se resume en: Ejercicio + Nutrición = Salud




Hipertensión

Es la elevación de los niveles de presión arterial de forma continua o sostenida. Para entenderlo mejor es importante definir la presión arterial. El corazón ejerce presión sobre las arterias para que éstas conduzcan la sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo humano. Esta acción es lo que se conoce como presión arterial. La presión máxima se obtiene en cada contracción del corazón y la mínima, con cada relajación.

¿Por qué es un factor de riesgo?

La hipertensión supone una mayor resistencia para el corazón, que responde aumentando su masa muscular (hipertrofia ventricular izquierda) para hacer frente a ese sobreesfuerzo. Este incremento de la masa muscular acaba siendo perjudicial porque no viene acompañado de un aumento equivalente del riego sanguíneo y puede producir insuficiencia coronaria y angina de pecho. Además, el músculo cardiaco se vuelve más irritable y se producen más arritmias.

En aquellos pacientes que ya han tenido un problema cardiovascular, la hipertensión puede intensificar el daño.

Propicia la arterioesclerosis (acúmulos de colesterol en las arterias) y fenómenos de trombosis (pueden producir infarto de miocardio o infarto cerebral). En el peor de los casos, la hipertensión arterial puede reblandecer las paredes de la aorta y provocar su dilatación (aneurisma) o rotura (lo que inevitablemente causa la muerte).

¿Cómo afecta la presión arterial al cerebro?

Cuando las arterias se vuelven rígidas y estrechas, el riego sanguíneo resulta insuficiente y provoca la aparición de infartos cerebrales (ictus o accidente vascular cerebral isquémico). La elevación de la presión arterial también puede causar la rotura de una arteria y ocasionar una hemorragia cerebral (ictus o accidente vascular cerebral hemorrágico).

¿Cómo afecta la presión arterial a los riñones?

La hipertensión causa rigidez en las arterias que suministran la sangre a los riñones. Pero también perjudica al propio riñón, lo que puede desembocar en una insuficiencia renal que incluso requiera diálisis. Por otro lado, si el riñón resulta dañado se puede producir un aumento de la presión arterial.

¿Cómo afecta la presión arterial a otros órganos?

  • Si afecta a las arterias de las piernas causa dolor al caminar.

  • Si daña las arterias de la retina provoca alteraciones en la visión.

  • En los hombres puede ser causa de impotencia.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en un sencillo procedimiento de medición, aunque en algunos casos son necesarias otras pruebas como el holter de presión arterial. Es imprescindible completar el estudio con un análisis de laboratorio (de sangre y orina) y un electrocardiograma. Para facilitar un diagnóstico es muy importante tener presente estas recomendaciones:


  • La hipertensión arterial no produce síntomas y puede pasar inadvertida.

  • Es más frecuente a partir de los 40 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.

  • Hay predisposición familiar, aunque se da también en personas sin antecedentes.





¿Cómo se mide?

La presión arterial se mide mediante unos aparatos llamados esfingomanómetros, popularmente conocidos como tensiómetros, que deben someterse a las validaciones y homologaciones reglamentarias. Para que la medida obtenida sea correcta debes seguir una serie de indicaciones:


  • Como la presión arterial cambia a lo largo del día y de la noche, haz la medición siempre a la misma hora.

  • Busca una habitación tranquila, sin ruidos ni interrupciones, con una temperatura de 20-25º C.

  • Debes estar relajado. No beber, comer, fumar ni hacer ejercicio físico la media hora anterior.

  • Reposa 5 minutos antes de la toma.

  • Siéntate cómodamente con la espalda apoyada en el respaldo de la silla, no cruces las piernas y quítate la ropa que pueda oprimirte el brazo.

  • Si el tensiómetro es de brazo, coloca el manguito dos o tres centímetros por encima del codo. Deja la palma de la mano boca arriba y el codo lígeramente flexionado a la altura del corazón.

  • Si el tensiómetro es de muñeca, pon la muñequera a la altura del corazón.

  • No hables durante la medición.

  • Realiza dos mediciones separadas al menos dos minutos y quédate con el resultado de la media de ambas.

  • Apunta los valores obtenidos para informar a tu médico.

¿Cuáles son los niveles normales de presión arterial?

Presión arterial normal. Los niveles de máximos de presión arterial sistólica (máxima) están entre 120-129 mmHg, y las de diastólica (mínima) entre 80 y 84 mmHg. Cifras más bajas también pueden considerarse normales, siempre que no provoquen ningún síntoma.

Presión arterial normal-alta. Las cifras de presión arterial sistólica (máxima) están entre 130-139 mmHg, y las de diastólica (mínima) entre 80-89 mmHg. En personas diabéticas, con afectación del corazón (hipertrofia ventricular) o daño renal, los niveles superiores a 130/80 mmHg también se consideran altos.




¿Existe la presión arterial compensada?

Se puede hablar de presión arterial alta, normal o baja, pero nunca de compensada o descompensada. A nivel práctico, estas tres posibilidades resultan negativas:


  • Tener elevada la presión máxima (sistólica) o la mínima (diastólica).

  • Tener elevadas tanto la mínima como la máxima.

  • Tener una alta y la otra baja también es malo.
Tratamiento y prevención

El mejor tratamiento de la hipertensión es una buena prevención que evite su aparición. Para ello es fundamental seguir un estilo de vida cardiosaludable:

No fumes. El tabaco aumenta la presión arterial y la frecuencia cardiaca. Además, las personas hipertensas fumadoras multiplican el efecto perjudicial del tabaco. Dejar de fumar tiene unos efectos positivos superiores a cualquier medicación para la hipertensión.

Cuidado con el alcohol. El consumo moderado de alcohol (un vaso de vino al día en las comidas) puede ser beneficioso, pero si es excesivo provoca el incremento de la presión arterial y otras alteraciones perjudiciales el corazón y otros órganos.

Controla tu peso. El sobrepeso es una causa de hipertensión. Rebajarlo reduce la presión arterial y disminuye el riesgo cardiovascular y de diabetes.

Ejercítate. La realización de ejercicio físico regular consigue bajar las cifras de presión arterial. Además, aumenta la masa muscular y la capacidad de esfuerzo, ayuda a controlar el peso y logra disminuir el riesgo cardiovascular.

Practica una dieta cardiosaludable. Los hipertensos deben disminuir el consumo de sal y alimentos que la contengan. También es necesario consumir frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pan y otros cereales. Por último, usar aceite de oliva como grasa principal e incrementar la ingesta de aves y pescado en detrimento de las carnes rojas.




Tratamiento farmacológico. Si eres hipertenso no puedes conformarte con las recomendaciones anteriores, ya que es posible que debas seguir un tratamiento farmacológico. Los resultados no siempre reflejan una reducción inmediata de la presión arterial, así que es necesario esperar un poco antes de plantearle al médico un cambio de medicación. Los fármacos antihipertensivos están agrupados en varios tipos:

Diuréticos.


  • Inhibidores del sistema renina angiotensina (IECA).

  • Antagonistas de los receptores de angiotensina (ARA-II)

  • Calcioantagonistas.

  • Betabloqueantes.

  • Asociación de fármacos.
Los pacientes que siguen un tratamiento antihipertensivo deben tener en cuenta estos consejos:


  • Aunque la presión arterial se haya normalizado no hay que dejar de tomar la medicación nunca.

  • Cumplir estrictamente el tratamiento e intentar mantener siempre el horario de ingesta de las pastillas.

  • Consulta al doctor si el tratamiento no obtiene resultados, ya que a veces es necesario asociar varios fármacos para controlar la presión arterial. Revisa también la dieta por si algún alimento (por ejemplo, la sal) está impidiendo el efecto antihipertensivo de la medicación.

  • El tratamiento debe compatibilizarse siempre con el estilo de vida cardiosaludable.

  • Vigila el resto de los factores de riesgo, ya que si no, tus buenas cifras de presión arterial no servirán de mucho.
Hipertensión en Niños

En los últimos años se ha producido un incremento de la obesidad infantil y un aumento alarmante del numero de niños hipertensos. De allí que se extreme el cuidado de los hijos para evitar su aparición. Dieta equilibrada, ejercicio y contro de la presión arterial son vitales.

Para realizar una medición correcta de la presión arterial en la edad pediátrica, es necesario utilizar manguitos de un tamaño adecuado al brazo del niño. Por ese motivo existen modelos apropiados para medirla a cualquier edad.

Hipertension en mujeres

Las mujeres habitualmente presentan valores de presión arterial sistólica inferiores a los de los hombres. Sin embargo, la presión arterial sistólica aumenta con la edad de una forma mas pronunciada en la mujer: por encima de 60 años las mujeres presentan cifras de presión arterial superiores, incrementando la frecuencia de hipertensión es estas edades.

Además los anticonceptivos orales producen una elevación leve de la presión arterial en la mayor parte de las mujeres y pueden ser causa de hipertensión en una proporción pequeña. Lo mismo sucede con el tratamiento hormonal sustitutivo.

Hipertensión y embarazo

Los trastornos hipertensivos del embarazo continúan siendo una causa importante de problemas durante la gestación que ocasionan enfermedades en el feto y durante el periodo neonatal. Normalmente, la presión arterial disminuye en el segundo trimestre y en el tercer trimestre, las cifras suelen volver a los valores previos al embarazo. Estas modificaciones pueden aumentar en algunos caso y ser causas de complicaciones, por lo que resulta de extraordinaria importancia el control de las cifras de presión arterial durante esta etapa.

Hipertension en ancianos

Como la presión arterial sistólica se eleva con la edad, se ha considerado durante mucho tiempo que es normal que en edades avanzadas se tenga la presión elevada. Actualmente se conoce que las cifras de presión arterial deben de mantenerse dentro de rangos normales a todas las edades para disminuir el riesgo de complicaciones cardiovasculares.

 
A continuación te invitamos a que veas el siguiente video acerca de la Hipertensión arterial.



Diabetes

La Diabetes es una enfermedad crónica que incapacita al organismo a utilizar los alimentos adecuadamente. Al ingerir los alimentos estos se descomponen convirtiéndose en una forma de azúcar denominada glucosa, que es el combustible que utilizan las células para proveer al organismo de la energía necesaria. Este proceso de transformar los alimentos en energía se llama metabolismo. Para metabolizar la glucosa adecuadamente, el organismo necesita una sustancia llamada insulina. La insulina es una hormona producida en el páncreas (que es una glándula localizada debajo del estómago), y cuya función es regular el uso de la glucosa en el organismo y por lo tanto es esencial en el proceso metabólico.

La insulina trabaja permitiéndole a la glucosa alojarse en las células para que éstas la utilicen como combustible, manteniendo a su vez los niveles de glucosa en la sangre dentro de lo normal (70 a 110 mg./dl).

Las personas con diabetes no producen suficiente insulina para metabolizar la glucosa, o la insulina que producen no trabaja eficientemente, por lo tanto la glucosa no se puede alojar en las células para ser transformadas en energía (metabolismo) y se acumula en la sangre en niveles elevados. La Diabetes es una enfermedad seria, pero las personas diabéticas pueden vivir una vida larga, saludable y feliz si la controlan bien.




Aunque aun no hay una cura para la Diabetes, ésta puede ser controlada. La meta principal en el tratamiento es mantener los niveles de azúcar en la sangre (glicemia) lo más cerca del rango normal como sea posible (70 a 110 mg./dl) durante la mayor cantidad de tiempo. Existen tres tipos de diabetes (diabetes tipo 1, diabetes tipo 2, y diabetes gestacional) y el tratamiento depender del tipo de Diabetes.


Las personas con Diabetes (tipo 1 y tipo 2) pueden trabajar y estudiar, y lo hacen bien. La disciplina necesaria para mantener un buen control de la Diabetes, generalmente hace de los diabéticos mejores trabajadores y estudiantes. Las personas con Diabetes, requieren comer en horas establecidas, sin embargo pueden realizar incluso, actividades que requieren grandes esfuerzos físicos.



 

Podemos ver, a través del siguiente video, cómo algunos datos nos pueden servir de ayuda para detectar la diabetes y otras enfermedades producto de la mala alimentación y la obesidad.


Obesidad

Según la Organización Mundial de la Salud la obesidad y el sobrepeso son “una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.” De acuerdo a sus estimaciones, en el mundo habría cerca de 22 millones de niños, menores de cinco años, con estos problemas; mientras que en Chile la tasa de obesidad infantil llegó a un 20,8 por ciento en 2008, según un estudio realizado por la Junaeb.



 


¿Pero como sabe si un niño padece de esta enfermedad? Normalmente se calcula el índice de masa corporal o IMC (relación peso en kg. /talla² en m), sin embargo, éstos cálculos son más complicados en la etapa de crecimiento – de 2 a 20 años; ya que “los niveles de grasa corporal en los jóvenes varían a medida que éstos crecen, bajando durante los años preescolares y aumentando en la adultez.”



Es por esta razón que para determinar si un niño sufre de obesidad infantil se utilizan gráficas estándar de IMC, en las cuales el niño obeso “tiene un IMC sobre el percentil 95 para su sexo y edad”, explica la Dra. Salesa Barja, nutrióloga infantil del Departamento de Pediatría de la Pontificia Universidad Católica de Chile.



Existen múltiples causas para la obesidad infantil, como factores genéticos y estilos de vida poco saludables (sedentarismo y mala alimentación). Por lo general se trata de una “compleja interacción de factores sociales, culturales, familiares y personales, que se refleja en hábitos de vida poco saludables que favorecen el aumento de la masa grasa corporal”, señala la Dra. Barja.



Comúnmente el tratamiento de la obesidad infantil es muy similar a la de un obeso adulto; “sin embargo, en niños se es más conservador, ya que se trata de organismos en crecimiento, de manera que no se debe ser muy restrictivo en la alimentación”, especifica la especialista.



No obstante, y debido a la diversidad de causas, el tratamiento es personalizado y comprometido a toda la familia, cambiando los hábitos de alimentación y aumentando la actividad física. Es poco frecuente la utilización de medicamentos y, aún más, la realización de alguna cirugía.



La guerra contra la obesidad infantil

La prevención sigue siendo el método idóneo para luchar contra lo que se ha denominado la “epidemia del siglo XXI” o “Globesidad”, fomentando hábitos de vida saludable en alimentación y un estilo de vida activo. Para ello el Ministerio de Salud (Minsal) creó, en el año 2006, la “Estrategia Global contra la Obesidad” (EGO Chile), la cual es parte de la “Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud” de la OMS.



El programa EGO tiene una variación aplicada a los establecimientos educacionales, EGO Escuela, que trabaja con las escuelas de todo el país, aumentando las horas de actividad física y la oferta de alimentos saludables en los quioscos. Iniciativa que ha sido emulada y ha impulsado otras intervenciones integrales promotoras de una vida saludable.



También el Minsal ha lanzado la “Estrategia de Intervención Nutricional a través del Ciclo Vital” (EINCV), que busca destacar “la magnitud de la actual epidemia de obesidad (…y) la importancia que tiene el trabajo multidisciplinario e intersectorial, en la prevención y manejo del problema. También, enfatiza la importancia de la prevención a través de intervenciones iniciadas precozmente y mantenidas por todo el ciclo vital.” (Vía Minsal)

Además del impulso de diversos programas privados a nivel nacional, como la iniciativa "Chile Crece Sano" liderado por Chilealimentos A.G., que fomenta la alimentación equilibrada, o nutrirse, el cual reúne 12 proyectos de responsabilidad social empresarial impulsados por compañías reconocidas, en cuando a la promoción de la actividad física y nutrición.

Atención!!!! Todos podemos ser víctimas del sobrepeso, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Cuidate!!!